domingo, 9 de enero de 2011

Prometeo siglo XXI, ¿del mito al logos? I


Al ser humano le encanta hacer inventario. Resulta que en el inventario ha quedado reflejado el inicio de la filosofía a partir de lo que se dio en llamar el paso del mito al logos. Tenía una gran curiosidad por viajar en el tiempo hasta el confín de los días conocidos para comprobar el estado del asunto. Tanto es así que hoy quise darme un buen paseo por la historia y no pude menos que sonreírme. Veamos.

En el siglo XVIII se desarrolló la Ilustración y fue llamado por ello el Siglo de las Luces pero mi sorpresa vino cuando comprobé que el objetivo de la Ilustración fue hacer el paso definitivo del mito al logos. ¿No se había producido tan trascendental paso con nosotros, los presocráticos (otra etiqueta del inventario)? Pues parece que no del todo. Durante el siglo XIX y principios del XX, tres grandes pensadores, los llamados maestros de la sospecha (Marx, Freud y Nietzsche), iniciaron cada uno en su ámbito un desmantelamiento del mito que resultó paradójico. ¿Y por qué? Porque en el horizonte y tras la deconstrucción del mito vuelven otra vez al mito. Estas tres figuras señeras del pensamiento moderno van del mito al mito. Por ejemplo, Nietzsche, realiza una crítica despiadada de las bases que sustentan a la sociedad occidental, es decir de sus mitos, para terminar proponiendo otro mito: el superhombre. Si bien, y por lo que he podido comprobar, el estudio del mito tiene un antes y un después en Nietzsche.

Sospechaba de la fascinación de hacer el recorrido tirando de la soga del tiempo de atrás hacia delante y a la inversa. De la antigüedad griega han llegado a occidente por todas partes las señales del mito, unas veces directamente, en otros casos filtradas por el cristianismo, y en otros, por Roma. Esto es lo que he visto.

El mito de Prometeo y sus reminiscencias: Robin Hood, por ejemplo, un nuevo Prometeo que roba a los ricos el dinero (como antaño Prometeo robó el fuego a los dioses) para dar a los pobres (los humanos). Y Frankenstein, otro Prometeo. Y qué decir de la manipulación genética y los ensayos con células madre con claras reminiscencias prometeicas. Fausto o Mefistóteles también señalan al mito de Prometeo. ¿Estamos en un viaje de ida y vuelta?

Continúa…

3 comentarios:

  1. Yo creo que siempre existirá el mito porque siempre habrá cosas que acaecen en el mundo y en los sujetos que no somos capaces de explicar.
    Como bien dices en la Ilustración o siglo de las luces el hombre creyó que mediante la razón podría darse ese paso al logos e intentó dar nombre o registrar todo, lo visible y lo invisible (Enciclopedia, avances científicos, etc), pero evidentemente esto no solucionó gran cosa y su misma herramienta les demostró este hecho. Por ejemplo, el Principio de Heissenberg o principio de incertidumbre dejó un poso amargo en los defensores de la razón como motor que dejaría atrás toda la fabulación para explicar preguntas, por lo que seguía habiendo cosas para las que el ser humano no tenía respuesta. Los maestros de la sospecha subrayaron esto y efectivamente, en la filosofía siempre se acaba llegando o utilizando a dios para explicar lo inexplicable (o a un superhombre o un primer motor inmóvil o el argumento ontológico de Descartes -racionalista- ... o incluso lo inefable de Wittgenstein) Vamos del mito a la sustitución de este porque es imposible salir de ahí. (No hay salida de la mosca del mosquitero -Wittgenstein-) y son los filósofos, los místicos y los estetas (místicos también) los que tratan de ir más allá para volver más acá. Pero es necesario subir la escalera para poder tirarla y seguir construyendo y destruyendo infinitamente. Así lo dice la historia. Y siempre será así, una y otra vez. El camino es lo importante porque siempre vuelve la sombra de lo inexplicable, los mitos. Y no lo digo como algo negativo, creo que la evolución del ser está ahí, en la toma de conciencia de esto mismo y el ensayo-error de caminos posibles.
    Isabel

    Sigue

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  2. Nacemos con los mitos y moriremos con ellos. Ni la física cuántica puede ayudarnos a salir del mosquitero. Quizá la cuestión esté en saber vivir en él conscientemente y abrazar el misterio intentando ""comprenderlo"" o habiéndolo pensado al menos para poder ser conscientes o...

    Sea como fuere, creo que cuando somos conscientes del mito de la vida y para la vida, al final llegamos al silencio (como dice Wittgenstein) o Juan de la Cruz, o el número Pí de las matemáticas. Todo es lo mismo aunque sean distintos incluso opuestos los caminos para llegar, para no salir del mito. Y ese es el misterio, la miseria y la grandeza del Ser.

    A mí me sirve el camino estético, el arte para llegar (escribir, crear o contemplar las manifestaciones-creaciones artísticas. El museo o la biblioteca como la casa de "Dios", de lo inexplicable. Curiosear en la filosofía y ahora en la ciencia con la física cuántica también. La religión me resulta demasiado simple y las más de las veces dogmática (no menos que la matemática o ciertas corrientes filosóficas o estéticas, pero también es un camino. Igual y no peor que los demás.)

    Bueno, reitero lo dicho, un placer leerte, porque amplías mi mundo.

    Isabel

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  3. Muchas gracias, Isabel por tus comentarios tan interesantes.

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