
Tras la muerte de Aristóteles la filosofía entra en su primera gran crisis y proliferan las escuelas con sus diferentes doctrinas que prometen un ideal de felicidad.
La escuela cínica, con Antístenes a la cabeza, afirmaba que la felicidad no depende de cosas externas que a la larga te harán infeliz.
Los estoicos de Zenón de Citio, negaban la metafísica y sólo creían en la materia. Eran materialistas, por lo tanto.
Los epicúreos, que deben su nombre a su fundador, Epicuro, decían que la felicidad estaba en el placer. Tienen una finalidad ética y persiguen el ideal del sabio.
Escuche AQUÍ el capítulo 28 de El Mundo de Sofía
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